El Sevilla se ha impuesto al Real Madrid en el Sánchez Pizjuán en un nefasto encuentro del conjunto blanco que se mostró inoperante y excesivamente nervioso sobre el terreno de juego y no supo contrarrestar el plan de un Sevilla muy serio, por lo que se sitúa a ocho puntos del Barcelona tras la disputa de la cuarta jornada de la liga BBVA.
Los madridistas mostraron, una vez más, enormes lagunas en su juego, poniendo voluntad, pero adoleciendo de una preocupante falta de sentido en uno de los peores partidos que se recuerdan desde que José Mourinho ocupa el banquillo blanco. Mientras, el Sevilla se acuesta con ocho puntos y con la primera victoria de Míchel frente al Real Madrid desde que es entrenador.
No empezaron bien las cosas para un conjunto madrileño que evidenció una notable falta de atención en el primer minuto del partido, cuando un fallo garrafal de la defensa blanca al defender un saque de esquina se convirtió en el gol del Sevilla. Trochowsky remató a placer el córner ante la pasividad y desconcierto de la zaga madridista.
Se mascaba la tensión en el terreno de juego. Y es que, de seguir así, los de Mourinho finalizarían la jornada a ocho puntos del Barcelona. No había orden en un choque de ida y vuelta que parecía ingobernable, en el que cualquiera tenía opciones de marcar. Higuaín falló una ocasión cantada y Navas también tuvo su opción un minuto después para el Sevilla.
Los andaluces ponían intensidad a cada jugada, mientras que el Real Madrid vagaba por el césped víctima de sus imprecisiones y sus nervios. No fue casualidad que Mourinho pusiera a calentar a Benzema y a Modric cuando aún no se había llegado a la media hora de juego.
Navas era un puñal desde la derecha y no dejaba de aprovechar los despistes de Marcelo. Así, se llegó al final del primer tiempo con un Real Madrid atrapado en su confusión y un Sevilla al que le bastaba con mantener cierto orden para no pasar apuros.
LOS CAMBIOS NO MODIFICAN EL RESULTADO.
Como se suponía, Benzema y Modric saltaron al césped tras el descanso por un Di María exaltado y un Özil ausente. El croata quiso dominar el encuentro y mostró sus credenciales poniendo voluntad en el centro del campo merengue y enviando un balón al palo izquierdo, cuyo rechazo no acertó a rematar Higuaín. Negredo tuvo el 2-0 en sus botas en la siguiente ocasión, pero mandó el balón a la izquierda de la portería de Casillas.
El Real Madrid adquirió cierto sentido dentro del caos y dispuso de varias opciones de marcar, mientras las contras del conjunto hispalense llevaban 'veneno' al área madridista. Los blancos continuaban siendo un manojo de nervios y el Sevilla se iba sintiendo más cómodo conforme pasaban los minutos y jugaba con mucho oficio. Con más voluntad que juego, los blancos intentaron el empate sin éxito y se disponen a afrontar una semana complicada donde reciben al Manchester City, este martes en Liga de Campeones.
