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?Mi hija no era una extranjera más, tiene nombre, apellidos y una familia?

La familia de Laura Cerna, norteamericana descuartizada en 2010, asiste al juicio contra el presunto asesino

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  • Los padres de Laura Cerna -
Después de casi dos años de espera, la familia de Laura Cerna, profesora de inglés norteamericana asesinada y descuartizada en Sevilla en agosto de 2010 y arrojada en una maleta al río Guadalquivir presuntamente por Antonio G. -joven de 30 años que permanece en prisión provisional-, podrá presenciar la vista donde se enjuicien los hechos acaecidos para que, como dice la madre de la víctima, Sandra Cerna, se “valoren las evidencias” y que su hija pueda por fin “descansar en paz”.

Con la intención de permanecer en la capital hispalense hasta que termine el juicio para así poder visitar la tumba de su hija y trasladarle el mensaje de “que se ha hecho justicia”, los padres de Laura Cerna, Thomas y Sandra, se trasladaron desde Miami y se hospedan en un piso del centro de la ciudad desde el pasado martes, a la espera de que hoy llegue su otro hijo.


Con la rabia y el dolor contenido y un temple labrado a base de mucha contención y una gran fortaleza física y mental, Sandra Cerna tiene un objetivo muy claro aquí en Sevilla: que se sepa que su hija no era una extranjera cualquiera y de paso en la ciudad, si no una profesora de inglés que llevaba seis años afincada en Sevilla, que “amaba este lugar”, además de una trabajadora incansable y una gran madre (vivía con su hijo). “Queremos que todo el mundo sepa que Laura tiene una familia. Es un insulto que el hombre que le hizo tales atrocidades ni siquiera supiera su nombre”.

¿Qué esperan del juicio?
–Esperamos que la condena refleje la brutalidad del acto. No hemos tenido la posibilidad de hablar con el fiscal, porque en España los procedimientos son de otra manera, pero nos gustaría que la Fiscalía añadiera en sus cargos un delito por agresión sexual -sólo ha sido añadido en su calificación de los hechos por la acusación particular que ejercen los padres-. No hay pruebas, ya que el cuerpo estuvo seis días en el agua, pero sí evidencias que lo demuestran, como que estaba desnuda, y esto no era necesario para descuartizarla y meterla en la maleta tal y como su asesino señala; y que fue él el que quiso mantener relaciones y que ella se negó.

¿Satisfecha con que los hechos sean enjuiciados por un jurado popular?
–Desde el principio queríamos que así fuese, a pesar de que nuestros amigos españoles nos indicasen que aquí era distinto que en América. Finalmente van a poder analizar todos los cargos y no sólo uno y tengo la esperanza de que valoren todas las pruebas y evidencias que existen para que se haga justicia y Laura pueda descansar en paz.

¿Cuál es su mayor anhelo?
–Mi hija tiene nombre y apellidos. No era una extranjera cualquiera de paso. Su asesino no sabía ni su nombre. Es un desaire oír hablar así a una persona que hizo esas cosas tan atroces.

¿Está de acuerdo con la investigación policial?
–Hay muchas lagunas. No soy quién para entrar a valorar el trabajo de otros, pero sí es cierto que hay muchas cosas que no se indagaron e investigaron como su familia pensamos que se debería haber hecho.

Siempre se dirige usted a los medios, pero el padre de Laura también está presente...
–La relación de mi hija con su padre era excepcional. Thomas es reservado y la barrera idiomática -no habla castellano- hace que no pueda expresar su dolor al igual que nuestro otro hijo.

¿Qué va a pasar con sus vidas una vez que termine el juicio?
–Nada nos la devolverá. Pero sufriremos su ausencia sin todo este sufrimiento y lograremos al fin la paz.

Hoy comienza el juicio al presunto asesino de Laura Cerna
El juicio contra Antonio G. S, que se enfrenta a una petición de 30 años y cinco meses de cárcel, comienza hoy con la elección de los nueve miembros del jurado y dos suplentes, y mañana se producirá la declaración del acusado, que permanece en prisión desde su detención unos días después del crimen.

Los hechos ocurrieron el 30 de agosto del 2010, cuando el acusado, entonces de 30 años y camarero de profesión, invitó a su casa a Laura Cerna, una profesora de inglés de 49 años a la que conocía del barrio, y presuntamente intentó agredirla sexualmente.

Ante la resistencia de la víctima, el acusado la apuñaló, descuartizó el cuerpo y se deshizo de él en el río Guadalquivir, donde apareció seis días después metido en una maleta y unas bolsas junto al Puente de las Delicias.

En su calificación de los hechos, sólo la acusación particular que ejercen los padres han incluido el intento de violación, por lo que han pedido para el acusado un total de 30 años y cinco meses de cárcel por delitos de asesinato, agresión sexual y profanación de cadáveres.

La Fiscalía solicita 25 años de cárcel y la representación del exesposo español de la fallecida imputa al acusado delitos de asesinato y de profanación de cadáveres, por los que pide 25 años y cinco meses de cárcel.
En una vista celebrada en enero, el letrado del marido de la víctima defendió que, aunque el objetivo inicial del acusado fue un acercamiento sexual a Laura Cerna, el objetivo último no era la agresión sexual, mientras que la Fiscalía argumentó que “no hay ninguna prueba ni indicio” que permita sostener que el imputado agredió sexualmente a la mujer.

Por su parte, la defensa sostiene que la mujer se autolesionó hasta la muerte y sólo reconoce que el imputado cometió un delito de profanación de cadáveres pues se puso nervioso al comprobar que Laura había fallecido y decidió deshacerse del cuerpo.

La defensa del imputado y la acusación particular que ejercen los padres pidieron un tribunal profesional (los padres, después de recapacitar), pero el TSJA decidió que fuera un jurado popular .
Los padres de Laura Cerna permanecerán en Sevilla hasta días después de la vista.

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