-Bartolomé, ¿a qué nivel está en Andalucía el consumo de los productos autóctonos, con relación al resto de España?
-En Andalucía, que es la región más extensa del país, tenemos solamente un 9% de consumo de nuestros productos, mientras en el resto de España la media nacional de autoconsumo es del 32%. Si en Andalucía tuviéramos un autoconsumo del 32% es evidente que no existiría el paro que hoy nos ahoga.
-Eso, naturalmente, elevaría la renta per cápita andaluza…
-Por supuesto. Con un autoconsumo superior al 30%, nuestra renta subiría a unos 30.000 euros y no que en este momento está estancada en 13.000 euros, que es la más baja de la nación. En el País Vasco, por ejemplo, la renta per cápita es de 32.000 euros, y de 33.000 en Madrid. Cataluña tiene algo menos, 27.000 euros. Ya nos conformaríamos en Andalucía con esa renta catalana.
-¿A qué cree usted que puede deberse el que Andalucía tenga el autoconsumo más bajo de España?
-Hay muchos factores que influyen. En primer lugar, el andaluz tiene baja autoestima, que confunde con la autocomplacencia. Pensamos o tenemos tendencia a pensar que lo de fuera es mejor que lo que producimos aquí.
-Las grandes superficies de Andalucía, perjudican al consumo de los propios productos regionales?
-Lamentablemente y en buena parte, sí. Las grandes superficies de Andalucía jamás han sido generosas con los productos andaluces. Son más los productos que importan de otros lugares, que los oriundos de aquí. Incluso las frutas y hortalizas, que aquí son de excelente calidad, son más nutritivas porque tienen más horas de sol e incluso resultan más económicas, vienen muchas de fuera. Hasta se ha detectado que se importa el aceite de otros países, cuando todo el mundo sabe que el aceite de Andalucía es el mejor del mundo. Si estas grandes superficies optaran por aumentar el consumo de nuestros productos, se generarían muchos puestos de trabajo y en Andalucía decrecería la pobreza.
-¿Cómo cree usted que está el índice de pobreza en Andalucía?
-En Andalucía tenemos un índice de pobreza más que preocupante. A día de hoy son más de 1.100.000 las personas desempleadas en Andalucía, y puede decirse que medio millón de familias se sitúan por debajo del umbral de pobreza.
-Con tanta potencial riqueza del campo andaluz, ¿por qué cree usted que son tan escasas las industrias alimentarias?
-Dejando aparte la industria aceitera, la de fabricación de mantecados y otros típicos productos, así como la crianza y envasado de los exquisitos vinos andaluces, la escasez de industrias alimenticias está claro que se debe a que no consumimos suficientemente nuestros propios productos, ni tampoco los promocionamos en el exterior. Por eso nos obligamos a importarlos de otras regiones. Por otro lado, la mayoría del dinero que aquí se genera no se queda en Andalucía. Pongamos un ejemplo, los roscones de Reyes. Unos se fabrican aquí y muchos más vienen de fuera. Los roscones generan unos 60 millones de euros en Andalucía, pero tan solo 6 millones quedan dentro.
-¿Con la industria farmacéutica podemos decir que ocurre otro tanto?
-Andalucía solamente produce un 2% de los medicamentos que consume, lo cual es a todas luces inaudito, siendo el caso que Andalucía es la región con más habitantes de España. Somos 7 millones de andaluces, mas 1,5 millones de inmigrantes, mas los millones de visitantes que nos honran con su presencia. Prácticamente todos los medicamentos los importamos. Podemos imaginarnos la cantidad de puestos de trabajo que aquí se generarían si la industria farmacéutica fuera más pródiga en nuestra tierra. Y la alimenticia también, claro.
-En su opinión, entonces, ¿Andalucía sería más próspera en todos los sentidos si elevásemos y promocionásemos el consumo de sus productos?
-Indudablemente. Andalucía tiene un enorme potencial para producir mucho más de lo que actualmente produce. Cuanto mayor sea el consumo, y por ende la demanda, en esa proporción habrá de elevarse la producción. Ello significa más puestos de trabajo y, por tanto y en principio, un importante decremento del índice de pobreza. Naturalmente, a medida que aumentara el consumo de los productos andaluces, decrecería el de los productos ajenos a nuestra tierra. Con el tiempo, a medida que disminuyera el desempleo gracias al autoconsumo y la promoción exterior de los productos andaluces, se elevaría la renta per cápita y Andalucía sería verdaderamente una de las autonomías más ricas de España, que bien lo merece. (Continúa la próxima semana).