El tiempo en: Antequera

Jerez

José Porras Naranjo: "Privatizar servicios públicos no es la solución"

Secretario provincial de FSP-UGT en Cádiz

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • José Porras Naranjo -
El secretario provincial de la Federación de Servicios Públicos (FSP) de la UGT en Cádiz, José Porras Naranjo, está viviendo muy de cerca los problemas de muchos ayuntamientos gaditanos para poder afrontar el pago de las nóminas de los trabajadores municipales. Desde su posición se ve envuelto en continuas negociaciones y lidera protestas para tratar de que “los que menos culpa tienen” acaben pagando los “excesos” de los años de bonanza económica. Según Porras Naranjo, “los políticos de talla, los buenos gestores, se ven en situaciones de crisis como ésta”. Y es que, como subraya el secretario de FSP, “con los bolsillos llenos hasta yo puedo ser presidente del Gobierno”.

—¿Cuál es la situación de la plantilla municipal en Los Barrios?
—Hay que señalar con mayúsculas que el alcalde, Jorge Romero, está haciendo ahora lo que tenía que haber hecho desde un principio. Desde ahora se puede producir una verdadera negociación, independientemente de los resultados y en la que UGT va a intentar que no se pierda la relación laboral con el Ayuntamiento. Son trabajadores de mucha antigüedad y necesarios para el servicio público. Si el alcalde de Los Barrios no quiere prestar servicios públicos no necesitará a trabajadores, pero esto no es una fábrica de tornillos. No se pueden obviar ni anular los servicios públicos.

—¿Qué ha cambiado en los últimos días en esta localidad?
—La situación no ha mejorado con respecto a la espada de Damocles sobre la cabeza de los trabajadores pero sí nos va a permitir demostrar que hay posibilidades de mantener los puestos de trabajo.

—¿Qué alternativas al ERE van a presentar los sindicatos?
—Hemos propuesto rotación, ERTE, reducción de jornada, jubilaciones anticipadas no traumáticas o bajas incentivadas, entre otras. También trabajamos en buscar soluciones para la prestación de servicios evitando privatizaciones. Hay un abanico muy amplio y está todo inventado. Medidas así ya se han puesto en marcha en otros muchos sitios.

—¿Confía en alcanzar el acuerdo antes de que culmine el plazo de la moción de confianza?
—Nosotros tenemos asesoramiento judicial sobre el tema. El alcalde puede mantener su postura sobre aprobar los presupuestos y la amortización de plazas o provocar una moción de censura, pero con voluntad política también se puede retirar. Aquí no todo es blanco o negro. Si el alcalde propone rotaciones y fijos significa que su primer planteamiento no es inamovible. Si usted dice que o amortización o moción de censura, pero luego plantea una alternativa, nos preguntamos por qué ha puesto sobre la mesa esa bomba de relojería con un tiempo previsto para que estalle.

—¿Es esta una forma de presión del equipo de Gobierno?
—Como todo lo que está haciendo, se le está viendo el plumero. La contradicción está ahí. Si al principio es todo o blanco o negro, pero luego da una propuesta modificada… También le pedimos que, si da un margen de tiempo, se puede adelgazar el músculo económico del Ayuntamiento con las propuestas que le estamos haciendo. Lo que el alcalde quiere es rebajar los gastos en siete millones de euros en dos meses y eso es imposible. Tendría que hacer lo que propone y nos parece una locura, por eso vamos a pelear por los puestos de trabajo. Con el paro que hay en todos lados, y en el Campo de Gibraltar especialmente, tenemos que pelear por evitarlo.

—En La Línea la situación también ha variado en los últimos días con la suspensión de la huelga indefinida de la plantilla.
—Se nos podrá decir todo lo que quieran a los sindicatos, pero hemos mantenido una lucha con 23 días de huelga y perdiendo dinero. Hemos protagonizado una medida histórica en esta provincia. Nos hemos dejado la piel en el camino y esperamos recoger los frutos de esta presión. Hacer una huelga es la medida más fuerte que hay. Había que pelear y plantar cara, y así lo hemos hecho. Consideramos que ya empieza a verse alguna luz al final de este túnel porque se ha aprobado un préstamo de 9 millones de euros, se va a adelantar la Patrica, van a desbloquear el crédito de legislatura, hay un Apie de Diputación y unos anticipos de los tributos también de Diputación a comienzos de año (por valor de 1,8 millones). La alcaldesa, Gemma Araujo, dijo en el Pleno que en el mes de enero se podrían cobrar tres nóminas pendientes. Ahora mismo deben entre cinco y seis nóminas a la plantilla municipal.

—¿Están los sindicatos defraudados con la gestión municipal o ha existido una pinza política?
—Siempre pongo el ejemplo de que cuando hay una casa hipotecada y tengo que arreglarla, no puedo poner la vivienda como aval. En la gestión de la Alcaldía no se puede hacer más o menos, en este caso y en otros. Se trata de cómo abran o no la mano los bancos. Dificultades tienen también Diputación y la propia Junta de Andalucía. Se nos ha juntado todo, como al perro flaco. Estamos en la peor situación en la que podía estar la administración local. Pasamos de ser la joya de la corona a la cenicienta del mercado laboral. Hemos llegado a un extremo en el que hay gente que no quiere ni entrar a trabajar en la administración local. De hecho, muchos trabajadores piden que se mantenga la privatización de su servicio antes que volver a titularidad pública.

—En Barbate las perspectivas también son inciertas.
—Si en La Línea hablamos de una situación dramática, peligrosa e insostenible, en Barbate todo es más complicado porque tiene muy poca plantilla. Aquí, con un millón de euros, casi se pagan tres nóminas, mientras que La Línea necesita 1,3 millones sólo para una nómina. Barbate no consigue salir adelante y vemos el abandono de las administraciones tanto aquí como en La Línea. Es un abandono y no se reconoce la singularidad de estos dos municipios. En el caso de La Línea, tiene un termino municipal pequeño, no hay turismo, comercio o industria. Y todo ello con 70.000 habitantes y una frontera con una población flotante diaria de 10.000 personas. Además, es histórico que La Línea no ha podido tirar para delante sólo con sus recursos. A la llegada de esta situación de crisis se ha unido a los gestores que hemos tenido en ese municipio. Mientras, Barbate también arrastra un déficit histórico y tiene un término municipal hipotecado por los parques naturales y el Ejército. A esto se suma los problemas que padece el sector pesquero, que se vienen arrastrando desde hace mucho tiempo. Ambos pueblos están estrangulados. Según mi opinión, no hay parangón en toda Andalucía con dos municipios con más dificultades y más abandonados. Y la Junta de Andalucía está actuando con una cara dura monumental porque ayudar a estos trabajadores es ayudar a un pueblo que si no, no podrá salir adelante.

—¿Qué se puede hacer para ayudar a Barbate?
—Lo mismo que a La Línea. Darles unos préstamos a largo plazo, con una moratoria de salida que a partir de los dos años se empiece a pagar, con unos intereses a coste cero o al precio del dinero. Así no tendrían que acudir a los bancos y que le pongan un tipo del 7/8% que luego los estrangulan. Y en esos dos años, podrían poner el contador a cero y reestructurar el Ayuntamiento.

—En estos dos casos puntuales, ¿se podría valorar una reducción de la plantilla del Ayuntamiento?
—Reestructurar no debe entenderse como despedir. La Línea tiene una situación más de descompensación económica. Hay sueldos de un grupo de trabajadores que deberían mirarse. Los salarios que hemos acordado nosotros los defenderemos a muerte, pero hay una parte de la plantilla que ningún político se ha parado a analizar. Nadie ha pensado cuánto necesita el municipio para que funcionen los servicios públicos y se ha vivido del ladrillo. Los trabajadores no pueden pagar las consecuencias. Además, nunca se ha contado con nosotros para engordar la plantilla, por lo que los responsables y los que deben soportar ahora las consecuencias son otros.

—En Puerto Real no se ha cobrado la paga extraordinaria.
—Me gustaría que todo quedara en una anécdota pero, visto lo visto, cruzo los dedos para que se quede en eso. Si este equipo de Gobierno, en este tema, hace bueno al anterior, mal nos irá a nosotros. Por eso pediría que se hablara con los sindicatos y que se dialogara. Queremos saber si debajo de la alfombra hay otra cosa porque nosotros no vamos a permitir que paguen las consecuencias los que menos culpa tienen. Por eso le pedimos a la alcaldesa, Maribel Peinado, que diga la realidad. A Cataluña no le ha pasado nada por decir que debe pedir un préstamo para pagar la paga extra.

—¿En que punto se encuentra Jerez?
—Tiene una situación muy parecida a la de todos pero tiene un potencial que están explotándolo, además de una población de 200.000 habitantes. El Ayuntamiento no está endeudado con los trabajadores municipales, pero todas las empresas concesionarias están en mala situación. Creo que es uno de los municipios que tiene más posibilidades de salir adelante, antes que otros. Esto no quiere decir que no tengan problemas y que no vaya a seguir teniéndolos. Jerez lleva años pasándolas canutas. También le recomendamos a la alcaldesa, María José García Pelayo, que para salir adelante es necesario un consenso con las fuerzas sociales y económicas.

—Aquí se ha hablado de recortar sueldos y privatizar servicios.
—Privatizar servicios no es la solución porque a las empresas concesionarias hay que pagarles. De los grandes problemas que han tenido los Ayuntamientos es que, como consecuencia de no pagar, se han ido las empresas y han tenido que recuperar los servicios. Esto ha estrangulado al Ayuntamiento, como en el caso de La Línea. La solución no puede ser darle a una empresa privada el servicio porque tiene que cobrar. La solución es usar la imaginación, el diálogo y la negociación, acordando todo con los trabajadores y sus representantes. Sin contar con los trabajadores nadie se va a abrochar el cinturón voluntariamente. También hay que hablar con los partidos de la oposición porque de esta situación no se sale sacando pecho, sino siendo responsable y humilde.

—¿Qué municipios de la provincia de Cádiz que no hemos nombrado le preocupan más?
—Ayuntamiento grande que está aguantando el tirón es Algeciras. Hablamos de otro de los grandes municipios de esa provincia con cerca de 120.00 habitantes. Hasta ahora no se escucha absolutamente nada. Espero que esto siga así. También he visto que esta corporación está dialogando con los trabajadores y sus representantes. En el Campo de Gibraltar, me da qué pensar la Mancomunidad. Yo no rezo, pero si me hace falta poner dos velas también las pongo. Jimena ha pasado un poco, pero ya lo está resolviendo. Tampoco se puede levantar una falsa alarma porque un mes haya más dificultades. Del resto de la provincia, el Ayuntamiento del Puerto de Santa María sí tiene problemas con todas las empresas concesionarias como la limpieza o la ayuda a domicilio. De hecho, ya nos hemos estado concentrando y protestando allí. En la sierra hemos tenido problemas en Villarmartín y Puerto Serrano, también en Chipiona donde una empresa privada quiere presentar un ERE porque el Ayuntamiento no le paga una deuda de 15 millones de euros. En Cádiz, las trabajadoras de la ayuda a domicilio ya han estado protestando.

—¿Es Cádiz la provincia con más problemas?
—Se están declarando pequeños fuegos que esperemos que se puedan apagar con jarros de agua, porque como tiren para arriba… Llevo tiempo diciendo que en Cádiz se necesitan pactos. La situación más dramática se vive en esta provincia, aunque eso no quiere decir que en el resto no haya problemas. Esta provincia se ha llevado históricamente la palma en todo.

—¿Qué le pediría al nuevo Gobierno central para mejorar la situación de los ayuntamientos?
—Lo primero que tiene que hacer este Gobierno es no utilizar la tijera. Esto se saca adelante con la participación de todos y haciendo reestructuraciones, no recortando. En una reestructuración, analizando diferentes departamentos porque quizás sobre en algunos y en otros falte personal. La administración local puede ser un motor que ayude a salir de la crisis y que reduzca el paro. Pero si usa la tijera no se va a reducir el paro, se va a aumentar. Las comunidades autónomas que lo están haciendo, sufren el efecto boomerang y además no se puede mantener el estado del bienestar.

—¿Qué le parece que aprueben la congelación del sueldo de los funcionarios?
—En situaciones excepcionales, en ciertos municipios los trabajadores siempre estarán más en la línea de apretarse el cinturón rebajándose el salario ante de que los despidan. Quiero que se entienda bien. En Los Barrios los trabajadores y los sindicatos han propuesto apretarse el cinturón, rebajándose su nómina. Así se ganan dos cosas, que no aumenta el paro y que se siguen prestando los servicios. Echar un trabajador hoy a la calle es condenarlo de por vida, porque ¿dónde va a encontrar trabajo? Se impone usar la imaginación y arreglar las situaciones. Lo que no se puede hacer es lo que quiere el alcalde de Los Barrios, que quiere reducir y echar a la gente a la calle. Ha quitado el convenio y los derechos, y no se cuántas cosas más. Se ha tirado ocho en la oposición afilando las tijeras para recortar y esa no es la solución.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN