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Andalucía

A cuentas del género

Cuando Ursula von der Leyen repite como presidenta de la Comisión Europea y Estados Unidos está a un paso de tener la primera presidente de su historia

Publicado: 13/09/2024 ·
12:38
· Actualizado: 13/09/2024 · 12:38
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  • El jardín de Bomarzo.

“Tiene sin duda mucho mérito vencer en el campo de batalla; pero se necesita más sabiduría y más destreza para hacer uso de la victoria”. Polibio.

Septiembre trae el arranque del curso escolar, la conocida, y temida, vuelta al cole para unas aulas en las que año a año se aprecia de manera notable el incremento de rostros femeninos, sobre todo en grados superiores y, en consecuencia, el cómo en materia formativa los hombres han dejado de tener el papel principal. Cuando Ursula von der Leyen repite como presidenta de la Comisión Europea y Estados Unidos está a un paso de tener la primera presidente de su historia o el CSPJ nombra por primera vez presidente a una mujer, cuando designar a una mujer para un alto cargo añade un plus mientras que en ningún sentido lo aporta ser hombre y a nivel de imagen la permanente sombra de la duda acompaña a todo hombre sobre su grado de machismo y una mujer en altos puestos, per se, representa un triunfo del feminismo y queda por encima el hecho de ser mujer al poderío profesional o personal que aporte e importa menos su carrera o formación, cuando la experiencia queda por debajo del género es cuando, más que nunca, el mundo es de las mujeres, presente y futuro. Y no se vislumbra cuándo dejaremos de medirnos por géneros para hablar solo de personas, sin contarnos. Pero puestos a contar…

En España, año tras año, nacen más niños que niñas, se conocen datos desde 1946 y no ha habido ningún año que superen los nacimientos de chicas. Nos venimos moviendo en un 7-10% menos de niñas que de niños. Hecho compensado porque las muertes de hombres son a edad más tempranas que las de mujeres –también de cada cuatro suicidios, tres son de hombres-, lo cual da como resultado que en el cómputo total de habitantes hay entre un 2 y un 3% más de mujeres. En concreto –actualmente- un millón más. Una sociedad española con predominio numérico de mujeres y también con un continuo avance en el nivel educativo; en 2022 entre los hombres y mujeres españoles de 20 a 64 años con educación superior o doctorado, el 37,5% son varones y el 44,7% mujeres, diferencia que cada año aumenta a favor de las féminas. Sólo los nacidos de 1960 a 1970 se mantienen en el mismo nivel mujeres y hombres con estudios superiores y doctorado. A partir de 1970 cada año ha ido superando la formación universitaria de las mujeres sobre la de los hombres. Los campos más elegidos por mujeres son la salud y bienestar -11,9%-, negocios, administración y derecho -11,1%- y educación -8,5%-. Por su parte, los menos escogidos por ellas son agricultura, silvicultura, pesca y veterinaria -0,6%-, tecnologías de información y comunicación -0,9%- y ciencias naturales, matemáticas y estadística -2,6%-.

Respecto a los trabajos, las administraciones públicas cuentan en España con 2.598.481 efectivos, de los que 1,47 millones son mujeres -56,76%- y 1,12 millones son hombres -43,23%-. Donde más ha crecido la presencia de la mujer es en las comunidades autónomas, que cuenta con 1.528.917 efectivos, de los que más del doble, 1.036.902 -67,8%- son mujeres y 492.015 -32,2%- hombres. Los ayuntamientos y diputaciones provinciales cuentan hoy con 553.633 efectivos, prácticamente con igualdad de género entre sus empleadas y empleados. La administración general del estado cuenta con 230.395 efectivos, prácticamente con presencia igual de hombres, 117.460 -51%-, y mujeres, 112.935 -49%-. Donde se mantiene mucha diferencia es en el ejército y fuerzas armadas, 238.000 hombres y 49.000 mujeres.

En el caso de profesores no universitarios, un 71,1% de mujeres frente a un 28,9% de hombres. La presencia femenina en el sector sanitario es del 75,3%. En la judicatura las mujeres avanzan sin solución de continuidad, desde el año 2004 en todas las oposiciones salen más mujeres jueces que hombres: en la última promoción de jueces, 86 mujeres y 42 hombres, de este modo las juezas representan el 67,2 por ciento del total. Curiosamente las mujeres ocupan la mayor parte de los puestos en los juzgados de lo penal -62,7 por ciento-, de menores -74,2 por ciento-, de primera instancia e instrucción -66,6 por ciento- y de violencia sobre la mujer -71,6 por ciento-. En cambio, en los órganos judiciales centrales, tribunales superiores de justicia y audiencias provinciales, aún los varones son mayoría. Los sectores en los que hay menos mujeres son servicios como el suministro de agua, actividades de saneamiento, gestión de residuos y descontaminación -0,3%-, industrias extractivas -0,1%-, sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero -0,9%-.

Ahora bien, en el sector privado solo el 4,9% ostentan puestos directivos, esta brecha es la más grande en el ámbito laboral, si bien es cierto que aumenta levemente cada año y con la supremacía femenina en estudios universitarios es de prever el aumento exponencial que operará en la próxima década.

La mujer durante siglos tuvo que adaptarse a la supremacía social del hombre, actualmente los niños desde la guardería empiezan a comprobar cómo, salvo contadas excepciones, los mejores de la clase son niñas y esto requiere también un proceso de adaptación, que a las mujeres desde niñas se les ayude a empoderarse y a desarrollar sus facultades es algo positivo, pero también cada vez va a ser más necesario que en los colegios se empuje a los niños a desarrollar las suyas, eliminando de raíz complejos que los padres actuales de niños empiezan a ser conscientes y más aún por la diferencia en el proceso de desarrollo más avanzado en las niñas. Una educación en la que los niños se vean acomplejados ante la supremacía escolar de las niñas lleva indefectiblemente a que intenten poner en valor el machito que genéticamente llevan dentro y esto es justo el efecto boomerang que hay que evitar.

El mundo será de las mujeres, probablemente un mundo más justo y más pacífico, pero el equilibrio estará en la participación de ambos géneros de manera igualitaria sin que se lleve a cabo la venganza de tantos siglos de opresión femenina, poniendo en valor exclusivamente el esfuerzo, el mérito, el trabajo, los conocimientos y las capacidades de cada uno, sea hombre o mujer o, también, cualquiera de los géneros con iniciales de reciente cuño.

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