Sí, si la cercanía y/o el protocolo lo permitieran (¿) yo mostraría al ministro que ahora llaman de las infraestructuras el libro ‘Los ferrocarriles de la provincia de Huelva, un recorrido por el pasado’, una publicación de la Universidad de Huelva y fruto del consenso y colaboración de varias firmas de prestigio. A lo mejor, y de forma peyorativa, llegaría a decir: ¡Pero qué bestialidad! La expresión, a lo peor, tiene cabida si el voluminoso ejemplar lo tuviese en sus manos, precisamente a propósito de una más que obligada visita a esta provincia, tanto o más defenestrada que nunca y, dentro de este año, tan nefasto para tantas y tantas asignaturas pendientes, como este de 2024 que señalan como el pistoletazo de salida -¡qué graciosos!- para ese más que necesario AVE de Sevilla a Huelva, cuya ejecución, según el propio ministro, supone una “bestialidad” de presupuesto. A lo mejor esbozaría una sonrisa y, sinceridad incluida: “Pero, ¡qué maravilla!” Sí, toda una maravilla y anticipo de un futuro que debía haber llegado a Huelva precisamente a raíz de la particular Expo-92 de Sevilla, ya que precisamente estuvo justificada o ambientada solo en lo puramente histórico sin contar con Huelva, y ahora, en 2050, para desagraviarnos de la marginación de que lamentablemente hemos sido objeto, regalarnos algo ¿olvidado?
(A la señora subdelegada del Gobierno de Madrid le sugiero se haga con un ejemplar de ese libro y, si procede y nunca estaría de más, se lo entregue solemnemente al señor ministro de las palabrotas para que, al menos tenga una idea de ese emporio de riqueza que se vivió en Huelva capital incluso, y en El Andévalo y Cuenca Minera, ¡ahí donde ya habría que estar pensando en el mejor museo del mundo del ferrocarril! De faroles nada, señora subdelegada, ahora que usted parece algo más receptiva que su antecesora, por no avanzar más en este u otros asuntos más). El tema es de tal envergadura que un ministro de España no dudaría en rendirse ante la evidencia de ese desprecio, y no solo respecto al AVE, sino a esa autopista o autovía que desde poco antes del 92 y hasta ahora no ha recibido ni un solo kilómetro de reasfaltado, al menos entre el límite con Sevilla y la frontera portuguesa. …
A la señora subdelegada le propongo un desplazamiento desde su improvisada sede de una calle comercial al cruce de La Ribera, por establecer donde se dio vía libre a la nueva vía y, por favor, de noche para ver la realidad sin tapujos ni altibajos de los distintos accesos en lo que a territorio onubense se refiere; de noche, señora subdelegada, para que al menos usted, ante la práctica imposibilidad de que lo haga el señor ministro, compruebe que los puntos de luz solo sirven para colocar banderolas o algo por el estilo. ¿Cómo una vía de estas características permanece en la más absoluta oscuridad, salvo -qué curioso e irónico- en la glorieta de acceso al futuro Hospital de la Costa Occidental e, irónicamente diciéndolo, en la zona de acceso a la estación de servicio de esta zona, y con la ironía de que es de suponer que eso lo pagan doblemente los usuarios porque los concesionarios tendrán que recuperar de alguna forma ese gasto que por lógica corresponde o debe sufragar el ministerio de marras? Tanto monta…
La verdad, señora subdelegada, ¿cómo reaccionaría usted cuando por vez primera tuvo ocasión de comprobar esta auténtica afrenta y/o desprecio de la administración central hacia una provincia que acumula tantas singularidades, y no como los catalanes o vascos, por ejemplo, que esas singularidades se basan en percibir más que las distintas comunidades de esta España cada día más complicada? Sí, porque en cuanto a singularidades ahí tenemos el Chare de Lepe y los ya descuidados accesos a La Antilla y ausencia del acceso a Isla Cristina. Sí, que si hay puente con Portugal fue gracias a la iniciativa de nuestro vecino, que, si no, todavía seguiríamos con los transbordadores o ferrys, un medio que se me ocurre, para taparnos la boca, debería tapar el desprecio a la unión entre Huelva y Cádiz, que Dios sabe hasta cuando lo seguiremos sufriendo…
Sí, señora subdelegada, me atrevo a sugerirle que como digna representante del Gobierno de Madrid, el ministro de la ‘bestialidad’, o frase ya histórica, debería venir a Huelva y comprobar ‘in situ’ cuanto digo y reclamamos. Sí, aparte ese kilómetro y medio para llegar al hospital de marras -la casa por la ventana, como dice el refrán- y todo lo que se refiere a infraestructuras hidráulicas. ¡Ah! Y para comprobar algo que sufrimos como contrapartida del Polo, las balsas de fosfoyesos, como plato fuerte para después de medio siglo diciendo que somos más ingenuos y/o pacientes que el santo, porque no sabemos a qué santo o vírgenes encomendarnos ya.