El recurso al Constitucional, es un recurso restringido y extremo. Porque no todos pueden plantearlo, y para para no colapsarlo, pues si todo se llevara al más alto Tribunal se vería obligado a rechazar la mayoría de los recibidos o puestos en cola “traerían cola”. El Constitucional, Tribunal muy especial como si el resto de los jueces no estuviera capacitado para interpretarla, es erigido así en máximo árbitro. Y sin embargo ciertos políticos sufren grave decoloración de sus mejillas cuando consideran cuando “se someten” al juicio de la calle, muy importante sin duda y todavía más manipulable que los jueces politizados hacia una parte del espacio político.
O sea: los enemigos de la protesta en la calle, los acérrimos defensores de la discutida y dictatorial “ley mordaza” aprovechan la democracia para luchar contra sus oponentes. Ayuso, Abascal, Feijoo y sus seguidores cumplidores de requisitos legales sólo cuando les puede servir para tratar de deslegitimizar al Ejecutivo. No precisamente para disminuir presión sobre los tribunales en general, sino para aprovecharse de los medios por ellos mismos desechados, medios -protesta en la calle, concentraciones, manifestaciones- conculcados y limitados por esa Ley que se oponen a derogar y que serán muy capaces de enterrar si algún día tomaran el mando con cuantas “leyes mordaza” puedan ser convenientes a su interés. Disfrutarán su triunfo eliminando y prohibiendo los medios callejeros de que ahora se aprovechan.
Pero no salen para defender derechos sociales, esenciales y constitucionales como el derecho a la vivienda o percibir un salario digno. En su indigno proceder, no sienten escrúpulos en utilizar esos medios que harán desaparecer si pudieran como han demostrado ya de sobra cada vez que se ha planteado la necesidad de aprobar cualquier mejora o en su oposición a la derogación de la innecesaria y anti democrática “ley mordaza”. Por eso su lenguaje es tan abstracto, para ahorrarse de contraer algún compromiso. Por eso tienen siempre en sus labios las palabra “España” y españoles, pero no se atreven a definir que entienden por “España”, si a la mayoría de los trabajadores o la minoría del IBEX. Por eso en vez de utilizar el Parlamento para lo que han sido elegidos, buscan asociaciones y grupos ultra para defender lo que están prontos a derogar. En cuanto dejen de serles útil pero pudieran serlo para los demás.