La Fábrica de Vidrios La Trinidad, ejemplo de iniciativa e inventiva andaluza y una de las frustraciones en Andalucía por la falta de apoyo oficial y crediticio, después de varios años deteriorándose cerrada, uno de los valores históricos al fin fue declarada BIC y Lugar de Interés Etnológico y actualmente se procede a su recuperación, gracias al empeño de los vecinos y las asociaciones del barrio. Pronto será un centro cultural, un equipamiento comunitario para toda la zona, que incluye museo del cristal y escuela-taller, como recordatorio de este material transparente exportado desde Sevilla a otras latitudes, que echó raíces en Murano, Venecia, hoy centro mundial del cristal de máxima calidad.
Pero en el proyecto de restauración “se ha colado” un muro que cierra el conjunto por la Avenida de Miraflores e impide la visión de su fachada principal, uno de los alicientes de su conservación. En la tarde del miércoles pasado, día 18, varios centenares de vecinos se han concentrado ante el despropósito, para manifestar su oposición a esta forma de cerrar el recinto y así privar a la ciudad del conocimiento y la contemplación de un edificio de alto valor arquitectónico y patrimonial.
La recuperación de la no tan antigua Fábrica de Vidrios la Trinidad, devuelve a Sevilla parte de su protagonismo en el progreso y evolución industrial con un edificio testigo de su innovación y creatividad, que pronto podrá reconocerse con su propia supervivencia y recuperarse gracias a la Escuela-Taller proyectada instalar dentro, además de constituir un equipamiento para toda una zona muy poblada. AHRO (Asociación Histórica Retiro Obrero), con la participación del vecindario y de otras asociaciones que lo apoyaron, ya consiguió salvar un buen número de casas condenadas en el proyecto -abandonado merced a la oposición manifestada- de abrir una nueva Avenida. La concentración del pasado miércoles ratifica el interés de los vecinos en respetar este barrio, aunque relativamente reciente memoria histórica de Sevilla, y en el caso específico de la fábrica, que pueda disfrutarse la visión del edificio, como parte del trabajo continuado, altruista y tenaz que vienen desarrollando desde hace décadas.
