El fin de semana pasado en Huelva se pudo disfrutar de la Feria del Caballo o Feria de Otoño, con una más que aceptable participación y una proyección futura muy enriquecedora en todos los aspectos. Dicha feria entraña toda una vida alrededor del caballo, el flamenco y la socialización dentro del ocio, que desde mi perspectiva y mi visión particular, se ha cumplido con creces, aunque me han faltado actividades que le hubiesen dado una mayor dinamización, pero todo se andará.
En esta VIII edición de La Feria del Caballo y VI Feria del Otoño el lugar de encuentro fue el parque Juan Ceada, ‘Parque de Zafra’, y la ampliación del terreno y mayor número de casetas han dado unos buenos resultados que marcarán el desarrollo futuro de una actividad que no acababa de ‘romper’. A pesar de los riesgos que entrañan los cambios, de apostar por nuevas opciones por y para Huelva y de este sector ecuestre, las críticas no han parado de llegar a través de redes sociales, eso sí, sin argumentos para rebatir una actividad que da vida a un sector que andaba perdido y sin visibilidad, acotado y poco atractivo para la ciudad y la provincia.
La atracción de este nuevo enfoque ha sido más seductor para los amantes del caballo, que a pesar de no ser mi caso, he podido observar una enorme afluencia, quedando sorprendido por el buen ambiente que se observaba en las distintas casetas. La repercusión social, cultural y económica ha sido latente y por lo que he percibido, puede ser el verdadero inicio de una feria multitudinaria que recupere la esencia de una tradición, sin comparaciones, que impere en Huelva. Lo curioso es que todo lo que se intenta crear en esta tierra tiene el mismo patrón de conducta: en carnavales, en Semana Santa, Colombinas, San Sebastián o cualquier otra festividad, al final, aquellos que no viven dichos actos entran en esa absurda diatriba sin sentido global que nos acaba dañando a todos.
Es indignante leer comentarios que destruyen cualquier enfoque nuevo con el que se intente fomentar o potenciar algo en esta querida tierra. Espero que algún día aprendamos a enfatizar y apoyar lo nuestro, sea del color que sea y venga de donde venga, siempre que nos beneficie.
