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San Fernando

Anilla: la artista contemporánea cañailla que no deja indiferente a nadie

"En Barcelona voy a comprar el pan y nadie me responde unos buenos días; son pequeños actos que te hacen sentir muy afortunada del sitio donde te has criado"

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  • Anilla. -

El olor a salitre y a gasolina, y el ruido de los barcos de pescadores que amarran sus embarcaciones en el pequeño puerto del Puente de Hierro, acompañados por un café y una tostada, le dan el ambiente puro y especial a la charla que tenemos con Ana Iglesias en el Bar Puente de Hierro. Aprovechamos la estancia de Ana en La Isla para que nos destripe los entresijos y los secretos de su nuevo proyecto artístico en una conversación distendida y agradable, fuera de los focos.

Esta cañailla de 25 años, al igual que muchos jóvenes de nuestra tierra, tuvo que emigrar en busca de las oportunidades que no ofrece nuestra ciudad. Aunque sea un culo inquieto y tenga un camino itinerante, no se olvida del lugar de donde proviene y su gente. De hecho, Anilla (su nombre artístico), es en honor a la manera en la que su familia la nombraba cuando era niña, muy importante y presente en su proceso de creación, que será explicado a continuación. "Es importante elegir un buen nombre en el que te veas reflejado. Me gusta mucho Anilla porque representa ese grado de ilusión de la niña que correteaba por las calles de San Fernando". Ana confiesa que echa mucho de menos La Isla, sobre todo en la cotidianidad. "Allí voy a comprar el pan y nadie me responde unos buenos días; son pequeños actos que te hacen sentir muy afortunada del sitio donde te has criado", comenta.

Esta trotamundos, tras sus etapas en Sevilla y Brighton, recaló en Barcelona, ciudad donde reside actualmente. Allí conoció su amor por la joyería, y descubrió la escuela más importante especializada en artes plásticas y visuales: la Escola Massana. En la Escola recibe una amplia formación sobre joyería. “Cuando cuento lo que estudio, lo que viene en mente a la gente es la típica gargantilla de oro o el pendiente que puedes encontrar en cualquier joyería; yo estoy especializada en joyería contemporánea, un campo del que no hay mucho conocimiento general por parte del público”.


Ana nos explica la gruesa línea que separa la joyería convencional de la artística. “La mayor diferencia entre la joyería convencional y la artística es la experimentación con los materiales en el proceso de creación. A través de un experimento voy dando con cosas y resultados que me pueden o gustar o no. Hay veces que me equivoco y es algo totalmente factible; en mi equivocación está la clave del proceso. Hay que encontrar la preciosidad de la imperfección; es una de las cosas en las que me guío, e intento buscar en mi trabajo”, nos comenta antes de darle un bocado a la tostada de pan con aceite.

"En mi equivocación está la clave del proceso. Hay que encontrar la preciosidad de la imperfección"

Tras masticarla, prosigue y nos da el punto principal que diferencia a ambas: “Sin duda, la gran diferenciación es el valor que el consumidor le da al producto. La mecanización y la tecnología le han quitado ese toque especial a regalar un pendiente. Comprar unos pendientes bonitos de bisutería barata cuesta céntimos, pero no tiene ni de lejos el mismo valor que pueden tener unos confeccionados manualmente”.

Anilla nos habla sobre las técnicas que utiliza en su proceso creativo y divaga sobre lo que es para ella el concepto del arte, en un mundo en el que la tecnología está cambiando todos los campos – no solo el artístico- rápidamente. “Manejo el diseño 3D, pero prefiero trabajar con lo que tenga en mi casa. Me encuentro más de cara a cara con los materiales, y los puedo moldear de la forma que me apetezca; ahí encuentro el error. Con la tecnología puedes recular con Control+Z y actuar como si nada hubiera pasado. No me siento cómoda haciendo eso porque da la falsa sensación de que has creado una pieza perfecta, y yo no busco una pieza perfecta, busco una pieza mía. Disfruto mucho del proceso, de hecho, creo que lo que más me gusta es poder permitirme el error”, sentencia.

"No busco una pieza perfecta, busco una pieza mía"

La inspiración a esta joyera artesanal le viene en sus momentos sensibles. "Las ideas para crear me suelen venir cuando estoy más triste y sola. En los momentos de soledad me vienen imágenes a la cabeza y pasan rápido. Cuando tengo esa idea o visión no lo dibujo, porque tampoco es que sea mi punto fuerte (nos comenta entre risas). En parte es por lo que utilizo dibujos de cuando era niña, que creo que es donde está mi verdadera expresión. Lo que es del niño forma parte del adulto, pero lo que es del adulto, jamás formará del niño. A mi niña interior procuro sacarla mucho en el proceso de creación. Me encanta moldear, alucinar con la forma que adquieren los materiales y mancharme las manos, al igual que cuando era niña”, reflexiona.

"Lo que es del niño forma parte del adulto, pero lo que es del adulto, jamás formará del niño"

Lil Anilla

La excusa por la que hemos citado con Anilla es su nueva y primera colección. Esta colección está dividida en un cinturón, llamado ‘Mom I DID a belt’; una colección de pendientes, conformado por 25 diseños distintos y dispares entre sí;  y un collar creado con polipiel. En su web puedes encontrar su trabajo al completo. Nos comenta que este proyecto no hubiera sido posible sin la ayuda de sus compañeros y amigos. “Quiero agradecer a Sonia Martín, fotógrafa; a Martín Murua, creador del vídeo promocional; a Andrea López, iluminadora; y a la modelo, Aina Mira, su inestimable colaboración".

Cinturón

Pendientes.

Epístolana

Ana no se aferra a esta profesión para siempre. “Al igual que en su momento me flipó descubrir el hecho de transferir imágenes, darle forma propia y crear objetos a través de ello, no descarto que en otro momento me pueda interesar expresarme de otra manera. Yo me considero artista (eso engloba muchos campos), y lo que me gusta es crear. Siempre estaré dispuesta a seguir aprendiendo, creando, y superándome porque es lo que me gusta”, nos cuenta antes de poner fin a nuestra charla.

Después de este desayuno tan enriquecedor y ameno, dejamos marchar a la artista isleña, nacida para hacer cosas diferentes y alumbrar al resto con su energía y actitud. Si algo ha sacado de su tierra, sin duda, es el viento, ya que no se sabe muy bien nunca por donde va a tirar.

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