El Ejecutivo comunitario calcula que el cambio hacia dispositivos de iluminación eficientes supondrá un ahorro de casi 40 teravatios hora (equivalente al consumo de Rumanía o a once millones de hogares europeos) y un recorte de quince millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
En términos económicos, la sustitución de bombillas supondrá al año un ahorro de hasta 50 euros por hogar o de entre 5.000 y 10.000 millones de euros en toda la UE, “dinero que podrá destinarse a otros fines”, destacó el comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, en rueda de prensa.
Según las organizaciones ecologistas, el consumo de bombillas incandescentes es de tres a cinco veces superior al de las eficientes.