La Autoridad irlandesa de Seguridad Alimenticia (FSA) señaló ayer que la medida es sólo de precaución y recalcó que el riesgo para la población es mínimo.
Por otra parte, la responsable de agricultura de Irlanda del Norte, Michelle Gildernew, indicó que se han impuesto restricciones en nueve granjas de esa región controlada por el Reino Unido ya que se sospecha que también utilizaron el pienso contaminado.
La Agencia británica de Estándares en la Alimentación ha recomendado que tampoco se consuma cerdo norirlandés, aunque subrayó que el riesgo para la salud es insignificante, según la BBC.
La Comisión Europea (CE) dijo hoy que va a “seguir de cerca” las medidas tomadas por Irlanda tras la detección de la carne contaminada para garantizar la protección de la salud pública.
El Ejecutivo comunitario prevé organizar en breve una reunión con las autoridades competentes de los Estados miembros que puedan verse afectados por este caso para compartir información y que se apliquen medidas armonizadas.
Las autoridades irlandesas hallaron dioxinas tóxicas, del tipo policlorinato de bifenilo, en cerdos de nueve granjas del país que estaban en el matadero, lo que motivó la orden de retirada de todos los productos porcinos comercializados sobre todo en las Islas Británicas.
Se sospecha que los animales resultaron infectados a través del pienso que comieron, que contenía dioxinas, compuestos químicos obtenidos de procesos de combustión que implican al cloro.
La dioxinas son muy solubles en las grasas, y pueden infiltrarse fácilmente en la cadena alimenticia. Aunque la mayoría no tienen apenas efectos sobre la salud, algunas pueden ser muy tóxicas.
La FSA dijo ayer en un comunicado que, según las pruebas efectuadas, el problema de contaminación empezó el pasado septiembre.
La presencia de dioxinas se detectó en un ingrediente de un pienso distribuido por un sólo proveedor a 40 granjas irlandesas y a otras en Irlanda del Norte.
Los test realizados en el pienso y en muestras de grasa de los cerdos determinaron niveles de dioxinas entre 80 y 200 veces por encima del nivel considerado seguro para el consumo.
Bruselas apuntó que los resultados de los análisis efectuados el sábado confirmaron la presencia de “niveles muy altos” de dioxinas, unas 100 veces superiores al máximo permitido por la UE.
La Comisión advirtió de que una exposición a las dioxinas por un largo periodo de tiempo puede tener efectos adversos para la salud humana, aunque no si se produce de forma puntual.
El pienso fue distribuido a diez granjas de cerdos que producen un 10% del total del suministro en Irlanda, mientras que la carne fue después procesada en plantas responsables del 80% de los productos porcinos del país.
Dados los “altos niveles” de dioxinas encontrados y que no es posible determinar cuáles son los productos que proceden de las granjas contaminadas, las autoridades irlandesas decidieron retirar todos los artículos porcinos del mercado.
Los alimentos afectados por la orden del Gobierno irlandés, que también se aplica a la exportación, son, principalmente, productos como jamón, bacon, salchichas, pasteles de carne e incluso pizzas que contengan jamón.