La Protectora de Málaga ha hecho balance del primer trimestre del año de la situación del Refugio donde destaca una vez más “el abandono de camadas de perros de caza y la entrada de animales en muy mal estado, bien por atropello o maltrato” que, según la presidenta de la asociación proteccionista, Carmen Manzano, “nos desbordan”.
Así, Manzano indicó a Viva Málaga que ha entrado en el refugio 213 perros y 59 gatos, mientras que han salido adoptados o devueltos a sus propietarios, gracias al chip o a las redes sociales, 175 perros y 72 gatos.
Por otro lado, han fallecido cinco perros y tres gatos y se ah tenido que aplicar la eutanasia por llegar en muy mal estado y tener lesiones incompatibles con la vida, cinco perros y dos gatos.
En este trimestre, han sido las adopciones nacionales las más numerosas, con 131 perros y 62 gatos, mientras que las internacionales han alcanzando a un total de 32 perros y 7 gatos.
Desde la Protectora de Málaga han colaborado hasta marzo con la policía local y los bomberos para el rescate de 16 perros y de cuatro gatos, igualmente que han sido rescatados de la perrera (el Centro Zoosanitario Municipal) 55 perros y 27 gatos.
Manzano aprovechó el balance trimestral para, una vez más, “recordar la inmensa labor social que desarrollan las protectoras, recogiendo animales vagabundos, y que, en el caso de los perros, casi un 75% son de caza o guarda” a los que considera como “perros totalmente desprotegidos por la futura ley, mal llamada de Protección Animal, que entrará en vigor a finales de Septiembre”.
Al hilo de la aprobación del texto, en su día, Carman Manzano señaló en Viva Málaga: "Ya está aprobada la primera ley que legaliza el abandono y el maltrato animal. Ya está aprobado el Código Penal que nos hace retroceder décadas respecto a la protección a los animales".
Según la presidenta de la Protectora malagueña, "una ley que deja fuera de su amparo a los perros de caza y guarda (que son precisamente los que colapsan los refugios), a los perros de rescate (esos perros que se dejan la vida ayudando a las personas y llegando adonde no pueden llegar los bomberos, rescatistas o policía), a los perros de servicio (los que dedican su vida a guiar a los invidentes, por ejemplo), a los animales de experimentación (el horror de Vivotecnia, cuando los resultados de los experimentos en animales muchas veces no son extrapolables a los humanos y hay otros métodos); a los animales silvestres; a los animales de renta (esos burritos de Mijas, con el lomo hundido de soportar peso y amarrados durante horas, esos caballos de calesas a pleno sol trabajando durante horas sin control); a los animales confinados en zoos y delfinarios; a los animales de circo; a las aves de cetrería, me pregunto ¿qué clase de ley es?"
Manzano lamentaba que estamos ante "una ley que sigue permitiendo las peleas de gallos, legales en Canarias y Andalucía, que considera un deporte el tiro al pichón (un pichón se mete en un tubo y es propulsado al exterior para que le disparen y caiga muerto o herido, que es lo mismo, porque todos son recogidos y tirados a la basura) ¿Qué clase de ley es?".
Además, tambiéns eñalaba en el citado texto exlusivo de opinión que "una ley que prohíbe que los animales de compañía vayan atados a vehículos de motor en marcha, es decir, el adiestramiento favorito de galgueros, pero lo prohíbe en animales de compañía, no de caza; prohíbe que se mutile, se utilicen en peleas o adiestramiento en ellas, mantenerlos atados, en patios, sótanos o trasteros, eliminar sus cadáveres sin compro bar identificación (chip) dejarlos sin supervisión más de tres días, actuaciones de selección genéticas que conlleven alteraciones graves para su salud, la cría comercial, que se coman (madre mía) y collares eléctricos, de impulsos, castigo o ahogo; que sufran las inclemencias del tiempo, que no tengan agua y comida suficiente y que se haga un curso de formación, así como un seguro de responsabilidad civil… pero todo esto, quede claro, es solo para animales de compañía. Debe ser que ganaderos y cazadores llevan incorporados de fábrica lo del cursillo y lo demás, no les atañe, ya que todos sabemos lo bien que están sus perros. ¡Eso de que estén atados o en zulos, o sin identificar, que mueran colgados o arrojados a pozos, que estén llenos de garrapatas, miedo y hambre, no hay duda que es leyenda urbana!".
Manzano concluía que "la forma en que tratas a los animales, refleja el tipo de persona que eres, ahí lo dejo".