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Málaga

Viaje al pasado, al día a día del siglo XIX de los malagueños

El Museo Unicaja de Artes y Costumbres Populares de Málaga vuelve abrir para mostrar la vida cotidiana de antes

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  • Hay muebles de casas burguesas, un dormitorio, una cuadra o una cocina original de antaño
  • Se puede ver el óleo original del primer cartel de la Semana Santa de Málaga de 1921
  • Tras acabar obras de rehabilitación, se ha mejorado el acceso a personas con movilidad reducida

El Museo Unicaja de Artes y costumbres Populares de Málaga vuelve abrir con mejoras en sus instalaciones, tras dos años de obras. El edificio que lo alberga es del siglo XVII y antes de ser museo, en 1976, fue muchas otras cosas como un mesón o un corralón de vecinos.

Cuando uno deambula por los rincones del museo tiene la sensación de entrar en una especie de Arca de Noé costumbrista

En su interior conserva cómo era el día a día de los malagueños de antes. Hay muebles de casas burguesas, un dormitorio, una cuadra o una cocina original de antaño. Impresionantes vestidos y trajes de la burguesía decimonónica, indumentarias infantiles, carnés de bailes, sombrillas de seda y una casa de muñecas.

Cada una de las 18 salas está dedicada a una temática diferente, “bien a un antiguo oficio, a colecciones de sumo interés o particularidades que explican objetivamente aspectos de la economía, las costumbres y artesanía popular”, cuenta la directora Cultura de la Fundación Unicaja, Emilia Garrido. Las salas se van “entrelazando” unas con otras, para que en su “conjunto pueda quedar definido cómo era la vida en el siglo XIX”.

Una de las habitaciones acoge la recreación de una bodega y una taberna. También objetos de fiesta y folclore tradicional, “un sardinal de pesca; unas sillas de madera de olivo, que se hacían en el pueblo de Alameda por tradición secular; o unos cuchillos de Tolox”, son otros de los ejemplos, describe el profesor Fernando Alonso.

Recorrer las salas es como viajar al pasado. “Cuando uno deambula por los rincones del museo tiene la sensación de entrar en una especie de Arca de Noé costumbrista”, donde se aglutinan miles de piezas y documentos que “nos ayudan a conocer nuestras raíces e idiosincrasia”, dice el presidente de la Fundación Bancaria Unicaja, José M. Domínguez.

Entre las joyas de la corona está la colección de esculturas de barro malagueño y el óleo original del primer cartel de la Semana Santa de Málaga de 1921. El edificio también acoge entre sus paredes el Archivo Díaz de Escovar, donde se guarda un documento del siglo XVI, la pieza más antigua del museo. En definitiva, “guardar lo que fue de antes, para que lo de hoy y mañana lo puedan conocer”, ha añadido el alcalde malagueño, Francisco de la Torre.

Con la renovación se garantiza la accesibilidad de todos los visitantes con un recorrido ‘pro-movilidad’, la instalación de un ascensor, la eliminación de barreras arquitectónicas y accesos adaptados. A nivel museográfico se ha rediseñado la zona de los barrios malagueños, colocados ahora por escenas, y la sala de arte religioso. Además, se ha habilitado una nueva zona en la primera planta destinada a la celebración de talleres, presentaciones o exposiciones temporales.

La última novedad es una renovada programación de actividades, que se inicia con una semana de puertas abiertas hasta el 22 de octubre.

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