Investigadores del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) y de la UMA han demostrado la evidencia que avala la adherencia a la dieta mediterránea como un factor protector de la enfermedad de Alzheimer.
El metaanálisis realizado por los expertos está compuesto por once estudios, tras revisar 589 artículos en distintas revistas científicas, y comprende una población diana de 12.458 participantes, ha informado este jueves la UMA en un comunicado.
El principal resultado del estudio, que ha sido publicado en la revista científica "Journal of Clinical Medicine", señala que por cada punto que se aumente la adherencia a la dieta mediterránea, el riesgo de enfermedad de Alzheimer disminuye en un 11 por ciento.
Este trabajo refuerza la necesidad de establecer políticas de salud pública que fomenten la adopción de hábitos saludables, por ejemplo, una mayor adherencia a la dieta mediterránea como estrategia útil para la prevención de demencias, en este caso, la enfermedad de Alzheimer.
“Varios de los estudios analizados ponen de manifiesto que los beneficios de la dieta mediterránea sobre la enfermedad podrían deberse a que este patrón dietético se ve influenciado no solo por la alimentación, sino también por factores de estilo de vida, socioculturales y económicos que interactúan y se complementan entre sí”, explican los autores del análisis.
Además, los expertos destacan que estas medidas dietéticas, en combinación con otras intervenciones de estilo de vida saludable, deberían aplicarse en edades más tempranas como una intervención protectora frente al deterioro del cerebro.
La enfermedad de Alzheimer es la causa más frecuente de demencia neurodegenerativa, y llega a representar entre un 60 y un 70 por ciento de todos los casos.
En un contexto social como el actual, con una mayor esperanza de vida y progresiva mejora asistencial, la prevalencia de esta enfermedad va en continuo aumento.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta enfermedad afecta a más de 55 millones de personas en el mundo y se espera que su prevalencia se triplique en el año 2050.