El Ayuntamiento de San Fernando ha tratado de unir este año dos tradiciones diametralmente opuestas pero ambas de origen pagano. Halloween, la más conocida por la poderosa industria cinematográfica estadounidense y la tradición prehispánica de la Noche de Muertos que tiene lugar en México aunque en toda la América de habla hispana se celebra de diferentes formas.
Mientras la primera es una una fiesta de origen celta que se celebraba para recibir al otoño-invierno (sólo tenían dos estaciones, la otra era la primavera-verano) que fue extrapolada a Estados Unidos por los irlandeses y se hizo popular al final del primer cuarto del siglo XX, la segunda es genuinamente mexicana y sobrevivió, con cambios, a las influencias españolas.
El Día de Muertos es considerado una de las tradiciones más representativas de la cultura mexicana, la cual se acostumbra celebrar a partir del día primero de noviembre dedicada a todos los santos, en especial niños fallecidos y el 2 de noviembre dedicado a los adultos.
La celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más esperadas del año en todo México y cada año se pueden encontrar diferentes zonas de la capital adornada con flores, colores y distintos sabores.
El origen de esta tradición se remonta a un tiempo anterior a la llegada de los españoles, ya que hay registros de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. El festival del que surge esta fiesta se conmemoraba el 9º mes del calendario solar mexica, y duraba un mes. Las festividades eran presididas por la diosa Mictecacíhuatl, La Dama de la Muerte y rendía tributo a los parientes fallecidos.
El elemento más representativo de la festividad de Día de Muertos en México son los altares con sus ofrendas, una representación de su visión sobre la muerte, llena de alegorías y de significados.
Los elementos que se pueden encontrar en los altares de muertos son el papel picado de colores: Generalmente de colores morado, rosa y naranja que simbolizan la unión de la vida y la muerte y objetos personales del difunto y fotografías: En forma de homenaje.
Se coloca el alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se coloca para que el alma lo disfrute y más tarde el Pan de Muerto, una representación de la eucaristía agregado por los evangelizadores españoles.
El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el cielo continuo de regeneración de la vida y de las siembras y en la ofrenda se representa con un vaso lleno de agua que sirve para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos
También se colocan velas y veladoras blancas, símbolo de amor que guía a las almas al altar y por supuesto, flores.
Se utiliza el cempasúchil que representa la tierra. La flor de cempasúchil es símbolo del resplandor del sol, que se consideraba el origen de todo. Sirve de guía a las almas para indicarles el rumbo por el cual llegar al que fuera su hogar. Cada flor representa una vida, y en el caso del difunto significa que este aún conserva un lugar dentro del Todo, y que no ha sido olvidado por sus amigos y familiares.
También se consumen calaveritas de dulce, comúnmente con el nombre del fallecido escrito sobre la frente.
Las tradiciones del Día de Muertos varía según la región, pero todos tienen un principio común: la familia se reúne para dar la bienvenida a las ánimas, colocar los altares y las ofrendas; visitar el cementerio y arreglar las tumbas; despedir a los visitantes y sentarse a la mesa para compartir los alimentos y convivir con quienes aún siguen vivos.