-Cuatro meses ya fuera del Consistorio, ¿echa de menos un sillón en la Casona del Parque?
-No, aunque tengo la sensación de que he dejado cosas a medias y que sé que el PP no las va a hacer. Yo era poco de sillones puesto que tenía tantas competencias que apenas tenía tiempo de estar en el despacho. Me comprometí a estar al menos cuatro años y la verdad es que han sido muy intensos ya que he tenido que hacer el trabajo de dos concejales, puesto que el cabeza de lista, Juan Cassá, se marchó de Ciudadanos al poco tiempo de llegar. Ahora estoy retomando mi especialidad en derecho de la Seguridad Social, y las clases como profesora interina en la Facultad de Derecho. Quiero también editar dos publicaciones académicas y cogeré aquellos casos judiciales que más me apetezcan.
-Pero ex compañeras y compañeros, ex dirigentes importantes de su partido Ciudadanos, se han ‘recolocado’ institucionalmente en el Gobierno de Moreno Bonilla. ¿Ha querido usted ‘morir con las botas puestas’, o no le han ofrecido nada?
-Me han llamado de un par de despachos de fuera, que operan en Málaga, para llevar asuntos laborales, pero no he querido comprometerme con nadie todavía. Prefiero ir poco a poco, con tranquilidad, porque en la etapa municipal, reconozco ahora, apenas tenía vida familiar por lo volcada que estaba con la política. Me he propuesto, además, no perderme ni un solo partido de mis dos hijos, que están en la cantera del Unicaja, una circunstancia que en los últimos cuatro años no he podido hacer. Ando todos los días 7 kilómetros y pretendo retomar la investigación en materia de Seguridad Social en la universidad de Málaga. Así que me falta tiempo. Respecto a los cargos institucionales, dejé claro que cuando entré en la política en 2019 fue para hacer los cambios que este país necesitaba, y que ni PP ni PSOE hacían. No llegué para buscar un sueldo y acomodarme, puesto que ya tenía un trabajo que me gustaba. Mi beligerancia en el último año respecto a la forma de gobernar del Partido Popular en Málaga no responde al perfil de estómago agradecido que busca el PP.
-¿Por qué calificaba de tránsfuga al ex edil Juan Cassá, su antiguo compañero de partido en Ciudadanos, y a Juan Marín, Teresa Pardo, o Rocío Blanco no? Usted habló de ‘políticos de doble cara’ en la pasada campaña...
-Está claro que el final de legislatura marca una diferencia entre ellos. Los tres últimos agotaron un mandato en el que fueron fieles a Ciudadanos y, cuando acabaron los cuatro años, iniciaron otra vida política en otras siglas. Lo que hizo Juan Cassá fue ofrecer su voto decisivo en el Ayuntamiento y Diputación de Málaga, y preguntar, ¿quién me paga más por él? Esto es transfuguismo de manual: salir elegido por unas siglas, pero votar según te indica el portavoz de otro partido. Puedo respetar que Marín y otros compañeros pretendan hacer cosas y se pasen a diferentes formaciones, pero lo que no me parece correcto es que alguien subaste un voto y otros se lo compren. Cassá iba a los plenos una vez al mes y daba al botón al ver que pulsaba la concejala de delante, mientras que todos los malagueños le pagábamos 90.000 euros de sueldo. Eso era transfugismo y, en ese 'mercadeo' que aleja a los ciudadanos de la política, han entrado PP y PSOE, aunque en este caso el Partido Popular le ofreció más cosas.
-'Mano derecha' espacialmente en el salón de Plenos en el último mandato de De la Torre, ¿cómo ve al regidor, tiene fuelle hasta el 2027, o habrá codazos para sustituirlo?
-El alcalde mientras tenga salud va a seguir al frente del Consistorio. Tiene una adicción tremenda, y el Partido Popular no cuenta con una persona de su perfil que le pueda sustituir y le permita obtener los mismos votos. El PP se está beneficiando de esa popularidad del regidor. No va a haber ningún codazo por sustituirle, y será lo que diga Elías Bendodo, hoy Coordinador General del PP.
POLÍTICA DE URBANISMO
-Fue concejala de Cultura y Patrimonio también, ¿Qué piensa cuándo ve el derribo de edificios malagueños singulares, como Villa La Atalaya junto al paseo de Reding? Los técnicos de Urbanismo aseguraron que no les dio tiempo para su catalogación….
-En Ciudadanos hemos denunciado muchas veces que el catálogo de edificios a proteger debía de actualizarse. En colaboración con la Universidad de Málaga se financió un trabajo para ello, y en todas las comisiones municipales desde la Concejalía de Urbanismo nos decían que estaban ya en marcha. Y ahora vemos que suceden cosas como éstas, que se derriban edificios que no disponían de una protección adecuada. Cuando llegué al Ayuntamiento me encontré con el derribo de Villa Maya, en El Limonar. Hablé con los actuales propietarios, y tuvieron la sensibilidad de reconstruirla guardando ciertos elementos arquitectónicos, que tuvieron que rehabilitar para darle una similitud. Pero está claro que no podemos depender de la buena fe de los nuevos compradores de estas casas para protegerlos. Como concejala de Cultura insistí hasta la saciedad en que Patrimonio Histórico debería de dejar de ser competencia de Urbanismo. Este reparto es una anomalía que sucede en Málaga, y que en muchas otras ciudades no se entiende.
-¿Cree que los responsables de la Gerencia de Urbanismo la echan de menos? Lo digo porque usted planteó, junto a la torre de Martiricos, auditar este departamento en la pasada campaña.
-Para nada pienso que se me eche de menos. Si he criticado a Urbanismo no ha sido a sus funcionarios, sino al modelo de organización que lleva así décadas. Y no olvidemos que Francisco de la Torre fue también concejal de Urbanismo. La petición de la auditoría era para conocer dónde estaban los tapones, los cuellos de botella, de los procedimientos urbanísticos que no salen adelante. ¿Cómo es posible que el departamento de licencias tenga un tiempo para otorgar una licencia de uno a dos años cuando en Estepona, por ejemplo, se tardan sólo tres meses? Hay muchas cosas que se pueden mejorar si se sabe cuáles son los 'puntos negros'. En algunos ayuntamientos españoles se ha puesto en marcha el sistema de licencias por fases, de manera que se pueden dar para investigaciones arqueológicas o de movimiento de tierras, mientras se tramitan otras para la construcción final. De ese modo no se paralizan los proyectos para las obras. Urbanismo de Málaga debería de copiar lo que se hace bien en otros municipios, da igual el color del partido que lo gobierna.
-Faltan viviendas para jóvenes, suben los alquileres, se expulsa a los vecinos del centro… ¿logrará el actual equipo resolver el problema?
-No tengo ninguna esperanza. Aunque la competencia sea de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga ha hecho muy pocas viviendas. Construir viviendas en España es un problema muy complejo y pasa por reducir los trámites urbanísticos. Hay que fomentar el alquiler de larga duración para que los propietarios no se vayan al alquiler turístico. Este sector no cumple con todas las obligaciones que se exigen a los hoteles, y eso tiene que regularse. No se puede permitir alquilar una casa para turistas, y que todo sea beneficios, y no obligarles en igualdad de condiciones con los hoteles. Como tampoco es lógico que se tarde en echar a un inquilino moroso meses, cuando a un turista que no paga una noche llamas a la Policía y lo puede sacar al día siguiente. También hace falta que las comunidades de propietarios sean las que decidan si se puede instalar estos pisos turísticos. Y más inspecciones para anular la licencia cuando se acredite que son molestos para los residentes habituales.
-Se pronunció en vísperas de las elecciones locales contra el rascacielos del puerto, ¿se ve subiendo sus escaleras en los próximos cuatro años?
-Cuando llegué en junio de 2019 me encontré con este proyecto defendido por mi antecesor de Ciudadanos. Los promotores de la Torre del Puerto aseguraban que estaban guiados en ese momento por la necesidad de más plazas hoteleras. Sin embargo, cuando comencé a tener reuniones con el Colegio de Arquitectos o con los vecinos empiezo a enterarme que había problemas de evacuación en caso de incendio, y que el informe medioambiental que se llevó a una Comisión de Urbanismo estaba caducado. Me dicen entonces que iban a hacer otro inmediatamente de 'chichinabo' para salir del paso, y es cuando pienso, como abogada, que la seguridad jurídica era esencial y el Ayuntamiento no podía arriesgarse a que, como sucedió en Baleares, el Tribunal Supremo paralizara la construcción dejándonos con un Algarrobico en Málaga. No me fío de los 'jeques salvadores' que están detrás de ese proyecto. Fue entonces cuando en Ciudadanos dijimos que no, porque además la oferta hotelera había crecido lo suficiente en la ciudad desde que se presentó el proyecto inicial de la Torre del Puerto. Se pueden levantar hoteles en otro sitio sin cargarse la visión de la ciudad para muchas generaciones. Hoy, no me pesa haber cambiado de opinión, en vez de mentir entonces, porque la capital sobre la que se pretende edificar esa torre no es la misma que la de hace diez años, cuando Ciudadanos la apoyó. Y así lo explicamos y no lo incluímos en el programa electoral.
-La Expo Internacional 2027 no se consiguió, ¿falló algo a nivel municipal?
-Hay parámetros sobre el rechazo a la candidatura que se me escapan. Pienso que las cosas se hicieron razonablemente bien por todas las instituciones y fuerzas políticas.
MÁS CARGOS DIRECTIVOS MUNICIPALES Y ASESORES
-Han aumentado los cargos directivos municipales, con sueldos que superan los 80.000 euros anuales, ¿qué le parece?
-Pues que para eso quería el Partido Popular gobernar con mayoría absoluta, para hacer lo que le diera la gana. Fuí muy crítica con la designación de cargos de confianza cuando estuve. En Cultura y Deportes solo tuve dos, y ahora veo que se han duplicado o triplicado los asesores. Esta actuación es la forma que tienen los grandes partidos de colocar a su gente, a los pegacarteles, y así lo denuncié. Hubo muchas discusiones con el PP sobre ello y les molestaba. Tuve mis dudas, incluso, si entrar en el gobierno municipal al principio, pero al final creímos que era necesario aplicar nuestro modelo local. ¿Qué era mejor, romper el acuerdo y dejar en minoría a De la Torre por los asesores, o aprobar los presupuestos para que Málaga avanzara?
-¿La subida del precio del agua está justificada en un 42%?
-Es verdad que se necesitan hacer infraestructuras para el abastecimiento y que Emasa viene pidiendo más recursos. Pero no creo que los ingresos que se piden de la tarifa vayan para eso. Durante la pandemia el Gobierno nos permitió superar el techo de gasto municipal. Pero hasta que la ministra de Calviño lo acordó, el alcalde y el concejal de Economía se reunieron conmigo para proponerme que si no llegábamos para cuadrar el presupuesto había que conseguirlo de algún sitio. Y la forma que me propusieron era a través de Emasa, endeudando a la empresa municipal. Por tanto, por ahí podría ir su propuesta. Desde luego si el dinero se destinase a la mejora de la red, sí estaría de acuerdo.
-El Ayuntamiento de Málaga ha sido condenado en su mandato por no controlar la contaminación acústica en la plaza Mitjana, ¿cree que deberían de salir las discotecas del centro por el riesgo que corren como en Murcia?
-Sí deberían de trasladarse. Es complicado tener una sala de fiestas en el centro y que no afecte al ruido. Se supone que la declaración de zonas ZAS iba a resolver estos problemas. Lo que no puedes es no hacer nada para resolver la contaminación acústica. El alcalde piensa muchas veces que los problemas se solucionan solos cuando no es así. Pero también habría que sacar celebraciones como las que se realizan en el edificio de La Invisible, en la calle Nosquera. Y ahí sí que puede ocurrir un día una desgracia porque no tienen nada en regla. Me he marchado del Ayuntamiento y siguen sin adoptar medidas.
-En marzo de 2022 dijo que no era partidaria de transferir dinero al Museo Estatal Ruso mientras durase la invasión de Ucrania. Ahora se invade Gaza y se bombardea, ¿debería el Ayuntamiento de Málaga hacer algo más por la población palestina?
-En la guerra de Ucrania ha habido una clara invasión de un país soberano, y en el caso de Gaza es un conflicto más complejo que no se puede dilucidar en judíos buenos y palestinos malos, o la inversa. Llevan décadas. Israel es una democracia con elecciones, y me puedo sentir más cerca de ellos que de un médico de Gaza que daba instrucciones en un vídeo de cómo pegar a una mujer sin que se note. Pero eso no significa que demos por bueno lo que está haciendo Israel ahora, y su política colonizadora de territorios palestinos. Los dos conflictos no son iguales.
-Fue concejala de Deportes hasta junio, ahora el Málaga CF va a la deriva, ¿la culpa es de Al Thani solamente?
-La situación del Málaga era caótica, y se tardó mucho en reaccionar respecto a los resultados deportivos. El jeque dejó una situación económica malísima. Cuando me marché lo dejé todo al día.
-¿Qué ha fallado en Ciudadanos para que haya prácticamente desaparecido en España? Rivera, Arrimadas, Edmundo Val, Francisco Igea, siguen remando… ¿se ve regresando a la política?
-Sí, regresaré, probablemente, porque no se pueden vender solo infografías de proyectos que luego no se cumplen. Nuestro gran error fue la política de pactos de 2019, sobre todo con el PP. Nos convertimos en cobardes respecto a banderas que nos arrebató Vox, como la energía nuclear o la ley Trans. Por querer gustar a todo el mundo, dejamos de gustar a nuestro nicho de electores. Los ciudadanos perdieron su esperanza en nosotros como partido reformista, y la maquinaria de los grandes partidos hizo el resto.