Tres meses después del asesinato de dos vulnerables guardias civiles en el puerto de Barbate, se ha hecho pública una investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) del instituto armado que descarta la participación de las seis personas encarceladas por esos hechos, entre ellas el renombrado Kiko El Cabra.
La turba mediática amarilla y sensacionalista se lanzó a la caza del caprino, su familia, sus andanzas y correrías. Se dijeron barbaridades de este presunto narco. De hecho, todavía a día de hoy, puede encontrarse en la red la foto de su careto junto a titulares como Éste es el asesino de los guardias civiles de Barbate.
Como la historia vendía pues no hubo límites. Fueron tres meses de excesos sin autoregulación alguna por parte de determinados medios de comunicación, especialmente los programas sensacionalistas de televisión cuya misión principal era conseguir audiencia. Da igual el precio. Ni siquiera titulares rigurosos, sensatos y profesionales como el de mi compañero Younes Nachett, quien el viernes 26 de abril publicaba el titular Hay dudas sobre qué narcolancha fue la que arrolló a los agentes, evitaron que la verdad jodiera una buena noticia.
Quienes no vieron los claros indicios y no escucharon a las familias de los detenidos también son responsables de acusar sin presunciones de un delito que, ahora se sabe, no cometieron aunque fueran autores de otros muchos. También viene a colación las desafortunadas palabras del líder de VOX Santiago Abascal quien, tras los hechos, pidió responder a los narcos con “plomo o plomo”. Qué habría pasado si, tras esa escalada de irresponsabilidades verbales, alguien hubiera cometido en prisión un acto violento contra el Cabra o alguno de sus secuaces. Entonces, el daño habría sido irreparable.
La conmoción y el estado de shock en el que cayó la sociedad española al ver el vil e infame asesinato de dos guardias civiles en aguas del Estrecho no puede justificar lo ocurrido durante las semanas posteriores al 9 de febrero, cuando ocurrieron los hechos. La Fiscalía antidroga de Andalucía cree que los seis detenidos deben seguir en prisión al haber cometido otros delitos, la defensa pide su puesta en libertad. El instructor decidirá en las próximas horas aunque debe centrar sus esfuerzos, junto con las Fuerzas de Seguridad del Estado, en localizar a los verdaderos criminales.